Y Quiso Dios que los animales bajaran al Refugio

y quiso pintar el cielo de colores para mi

viernes, 9 de noviembre de 2012


 Me llama el arroyo embravecido,
sus ocres aguas rugiendo,
sus tierras derramadas,
su latir constante entre juncos ya inexistentes,
es una sangría serrana
entre barrancos profundos,
carreteras inundadas,
la lumbre, la lluvia,
el agua...
el sauce dormido
sacudiéndose, la yuca doblada,
la sierra llorando
su llanto de nácar,
el búho escondido
detrás de una palma,
el campo en silencio,
el rugido del agua,
la sierra que llora,
el mirlo que calla
historias dormidas
las piedras arrastran,
la luna se asoma
el sol que se marcha
los dos en silencio
las lluvia los tapa
y un canto profundo
que esconde
el rugido del agua.

M. Carmen Yesa. Hoy

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